lunes, 18 de julio de 2011

Amor

Escribí esto como parte de un desafío que consistía en crear un relato corto con la palabra amor como título.

Love [Amor]

Ella era pura hermosura. Luminosa. Inocente. Una guerrera de noble corazón y cálida sonrisa que encendía mi cuerpo y nublaba mis sentidos.

En cuanto a mi… nunca tuve derecho a tocarla. Por aquel entonces yo era Thor, dios del trueno y de la lluvia en el panteón nórdico. Conocido por mi brutalidad entre los dioses y humanos.

Y ella… oh, sin duda alguna Mist era la mujer más hermosa que había visto nunca. De suave piel dorada, sus enormes ojos esmeralda brillaban con la más pura inocencia. Unos labios carnosos, de un suave color cereza, sonreían con amabilidad cada vez que me veía.

Sabía que no me estaba permitido intimar con ella. Mist era una Valquiria, una de las vírgenes guerreras hijas de Odín, que entretenían a los grandes guerreros en el Valhalla. Y, pese a todo esto, no pude evitar amarla.

Nuestro breve romance estuvo marcado por la emoción y la pasión propia de lo prohibido. Por dulces encuentros nocturnos en los que nos reíamos del destino. Pero todo eso acabó en el mismo instante en que su padre lo descubrió.

Mi noble y dulce guerrera fue condenada a muerte, puesto que alguien impuro no puede vivir en Vingólf, el hogar de las Valquirias, y Odín no permitiría a una de sus hijas vagar por los parajes humanos. En cuanto a mí, mi castigo fue el destierro.

Solo, perdido, mis poderes se descontrolaron. Durante semanas los humanos sufrieron una ínfima parte de ese atroz dolor que corroía mi interior. Antaño me habría mostrado indiferente a sus desgracias. Pero Mist había marcado con fuego una huella de humanidad en mi alma.

Años después, logré entrar en el panteón celta, bajo el nombre de Taranis, el dios de las tormentas y de la destrucción. Y ella seguía presente en mi mente día tras día, noche tras noche. Adopté mi nueva identidad en un intento de superar mi turbulento pasado pero todo fue en vano.

Siglos después sigo aquí. Solo. Olvidado. Indefenso. Pero aun recuerdo cuán pura era. Cuán luminosa. Cuán bella. Y, en algún lugar del mundo, el cielo sigue llorando su pérdida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Plantilla original blogspot modificada por plantillas blog